El Poder de La Reflexión

Si la consciencia es el cuadro de creencias y emociones con el que nos presentamos a un momento de existencia - eso a lo que le llamamos experiencia - entonces ser consciente es tener la capacidad de observar dicho cuadro de creencias y emociones, que formulan pensamientos y sentimientos a cada momento de existencia, mientras vamos creando nuestra experiencia. 

El que está despierto solo tiene esta capacidad. La capacidad de observar pensamientos. 

Hay varias formas de expandir esta capacidad, a través de la meditación, de la reflexión o algunas veces - nos duele tanto, tanto que cambiamos.  

Las experiencias dolorosas vaya que nos enseñan, nos re-encuadran la perspectiva con la que miramos la vida.

La reflexión de hoy se trata de justamente de eso: el poder que tiene la reflexión.

La reflexión es, un estado en el que observamos lo que estamos pensando y sintiendo. A veces parece obvio, pero cuando nos damos el espacio para mirar hacia adentro, podemos encontrar esos pensamientos sutiles que nadan en las aguas profundas del inconsciente.

La reflexión nos permite reconocer los logros que si tenemos - y esto a su vez activa el circuito neuronal de recompensa, generando dopamina en el cerebro, dándonos la sensación de estar satisfechos con nosotros mismos, en otras palabras: QUE SI SOMOS SUFICIENTES.

La reflexión también nos permite observar, mirar, y cuestionar aquello que nos duele con los ojos bien abiertos y el corazón vulnerable. Este espacio es mágico. 

Cuando uno hace esto, es como quitar todas las barreras y ser salvajemente honesto con uno mismo; porque si no lo sabes: la única relación que existe es la tuya contigo, todo lo demás es un espejo.  Este tipo de reflexión cambia perspectivas y es una gran técnica que soporta al proceso de reprogramación. 

La reflexión nos regala la posibilidad de evaluar todas las áreas de nuestra vida. Digamos entonces que la reflexión es otra manera de crear realidades, puesto que esta evaluación nos permite alinearnos a lo que SI queremos elegir. 

¿Qué pasa cuando uno cae en crisis?
Lo que menos queremos hacer es reflexionar. Cuando uno está en crisis tendemos a concentrar la atención sólo en lo negativo, en lo que va mal, y en cómo las cosas están estancadas. Y esto, amigo cuántico, es el famoso “espiral descendente,” uno se va para abajo como elefante en tobogán, a toda velocidad.

Literalmente, lo que te saca de aquí es la cantidad de práctica de herramientas que tengas previo a este momento. ¿Y qué pasa cuando uno no practicó suficiente? Entonces es momento de buscar espacios de reflexión.

Reflexión y silencio para encontrar y observar esos pensamientos que están creando e imprimiendo la realidad. 

Ahí te va mi respuesta secreta:

A GRA DE CE

Sí, la gratitud es la madre de todas las frecuencias.

Todos los días, en la mañana al levantarte y al dormir en la noche agradece todo lo que haya sucedido en tu día. Te prometo que funciona. Entre más agradezcas, más cosas vendrán a ti que te den razón de por qué estar agradecido. Escríbelo si es necesario pero hazlo.

Un día sin reflexión es un día perdido. Hay tanto de lo que podemos reflexionar, literalmente no hay límite. Tampoco tiene que ser sobre algo serio, puede ser sobre cualquier cosa; pero el día que no reflexionemos, seguimos empujando a nuestra consciencia a expandirnos desde el dolor.